Su historia se publicó en Snapchat y no tardó en viralizarse sumando más de 3,1 millones de reproducciones

 

En Snapchat, el hombre compartió el momento en que, tras romper la puerta de salida de emergencia al golpear una palanca con la cola, las asistentes de abordo se dieron cuenta de que algo no andaba bien: el acceso pudo haberse abierto y la nave, despresurizada, hubiera caído inmediatamente.

Gracias al gran traserode este héroe anónimo, el viaje de las 300 personas que iban a Los Ángeles se desarrolló con normalidad, en otro avión.