Por el momento no existen datos concluyentes que permitan determinar cuándo y dónde se desarrollaron los primeros antepasados del hombre

 

Los linajes evolutivos del chimpancé y del ser humano se separaron probablemente en Europa y no en África, como a menudo se piensa.

 

Además, este proceso podría haber tenido lugar cientos de miles de años antes de lo que hasta ahora se suponía.

A estas conclusiones, publicadas por la revista científica PLOSOne, ha llegado un equipo de investigación del Centro Senckenberg de Evolución Humana y Paleoambiente (HEP) de Tubinga (Alemania) después de reexaminar dos hallazgos fósiles y de singularizar las antiguas condiciones ambientales en las que se encontraron dichos restos.

Por el momento no existen datos concluyentes que permitan determinar cuándo y dónde se desarrollaron los primeros antepasados del hombre.

En la actualidad el chimpancé es el “pariente” más cercano del hombre y muchos expertos consideran que sus linajes evolutivos se bifurcaron hace entre cinco y siete millones de años en África.

Este es, sin embargo, un dato que pone en duda el equipo de investigación del HEP liderado por Madelaine Böhme. “Nuestra especie evolucionó en África. Nuestro linaje tal vez no”, afirmó la paleoantropóloga.

Grecia y Bulgaria

Llegó a esa conclusión analizando los restos del homínido Graecopithecus freybergi. Los fósiles de “El Greco” (una mandíbula inferior encontrada en Grecia) y un diente hallado en Bulgaria, han permitido a los científicos presumir que el Graecopithecus constituye un tipo de hombre primitivo desconocido hasta el momento.
¿Cómo llegaron a tal conclusión? Lo hicieron después de estudiar con detalle las raíces del diente. “Mientras que en los simios las dos o tres raíces de los molares están claramente separadas o divergen, en el Graecopithecus convergen y están parcialmente fusionadas, una característica típica en los humanos modernos y antiguos, y en varios homínidos prehumanos, incluyendo el Ardipithecus y el Australopithecus”, explicó Böhme.
“Estábamos sorprendidos de nuestros propios resultados, dado que hasta ahora eran exclusivamente conocidos los hombres primitivos provenientes de África”, señaló Jochen Fuss, uno de los científicos que participa en el estudio.

Además, el análisis de sedimentos que permanecían escondidos en los fósiles permitió a los investigadores otorgar a la mandíbula una edad aproximada de 7,17 millones de años y al diente de unos 7,24 millones de años. Así que estos restos serían anteriores al del hasta considerado homínino más antiguo, el Sahelanthropus hallado en África y cuya edad se estimaba entre los seis y siete millones de años.

 

Así, los investigadores concluyeron que la separación de linajes evolutivos entre el ser humano y el chimpancé se pudo producir antes de lo pensado y, posiblemente, no en África, sino en el Mediterráneo oriental.

La llamada East Side Story (historia del lado este), basada en la hipótesis de que el hombre primitivo proviene de África, se pone ahora en duda a través de la llamada North Side Story (historia del norte), indicó Böhme.

“Espero reacciones contundentes, espero mucha oposición”, agregó quien con su tesis plantea toda una revolución en el mundo científico.

En su intención de seguir corroborando su teoría, Böhme ha anunciado que llevará a cabo un estudio de la alimentación de “El Greco”.

Además, espera poder encontrar nuevos indicios que permitan confirmar la existencia de hombres primitivos fuera de África, quizás en Irán, Irak o Líbano.

“La separación de los antepasados homínidos del hombre y del mono antropomorfo está mal documentada”, recalcó Jean-Jacques Hublin, director del departamento de evolución humana del Instituo Max-Planck para la antropología evolutiva, que no participó en el estudio.

 

Los investigadores parten de la base de que los profundos cambios que se produjeron en el medio ambiente en la época desencadenaron la bifurcación de los linajes evolutivos.

El equipo dirigido por la profesora Böhme también mostró que la formación del desierto del Sahara se remonta a más de siete millones de años.

Determinaron que en esta misma época (la de los fósiles griego y búlgaro) coinciden con la formación del Sahara, un ecosistema de sabana que emergió en Europa.

“Este ecosistema corresponde perfectamente con los fósiles de jirafas, de gacelas, de antílopes y de rinocerontes actualizados con los de Graecopithecus”, apuntaron los científicos.

“La formación de un desierto en el norte de África sucedió hace más de 7 millones de años y la propagación de la sabana en el sur de Europa podría haber tenido un papel en la divergencia entre el linaje humano humano y el de los chimpancés”, advierte Böhme.

Lo que desconocen, sin embargo, es cómo era físicamente el hombre primitivo y si ya caminaba erguido, apuntó Böhme. Basándose en el tamaño de la mandíbula, los investigadores llegan a la conclusión de que “El Greco” pesaba unos 40 kilos y que era del tamaño de una chimpancé hembra actual.

Fuente: Agencias AFP, DPA y Reuters