Científicos de la Universidad de Michigan diseñaron un parlante tan fino como una hoja flexible de papel que funciona además como micrófono, según informa la revista Nature Communications.

El dispositivo, conocido como nanogenerador de ferroelectreto (FENG), es capaz además de generar energía a partir del movimiento, y podría incorporarse en el futuro a diversas soluciones tecnológicas.

Sus creadores proponen aplicaciones comerciales como altavoces plegables, «parches de seguridad» activados por voz para ordenadores e incluso «periódicos parlantes».

«Todas las tecnologías empiezan con un gran descubrimiento, y esto representa un enorme hallazgo para este tipo de tecnologías en particular», señala en un comunicado de su universidad Nelson Sepúlveda, profesor asociado de Ingeniería Eléctrica e Informática de la universidad.

Sepúlveda destaca que el dispositivo es «ultrafino, flexible, escalable y bidireccional, lo que significa que puede convertir energía mecánica en energía eléctrica, y energía eléctrica en energía mecánica».

En diciembre de 2016, el mismo grupo de Michigan demostró la capacidad para generar energía de las láminas FENG, al utilizarlas para proveer la electricidad necesaria a un teclado de ordenador y una pantalla táctil.

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Ahora, descubrieron que la misma tecnología puede utilizarse como un micrófono, al capturar las vibraciones del sonido, que son energía mecánica, y convertirlas en energía eléctrica.

Del mismo modo, puede generar la energía mecánica necesaria para hacer vibrar la fina lámina y convertirla así en un parlante.

Para demostrar esas capacidades, los investigadores crearon un «parche» que permite acceder a un ordenador gracias al reconocimiento de voz.

«El dispositivo es tan sensible a las vibraciones que puede captar todos los componentes de la frecuencia de una voz», resaltó Sepúlveda.

«Podríamos utilizarlo en el futuro para reemplazar los parlantes tradicionales, que son enormes y pesados, y necesitan mucha energía, y reemplazarlos por este pequeño y flexible dispositivo», afirmó el investigador.

«También podemos imaginar un diario en el que las propias páginas son micrófonos y altavoces. Podríamos tener esencialmente un periódico activado por la voz que tiene la capacidad de responderte», argumentó.