Sube un 15% el mínimo no imponible y amplía las escalas, pero elimina la deducción por cónyuge. El Gobierno apuró el envío de la reforma a Diputados ante la presión opositora. Reconocen que haber prometido la eliminación del impuesto fue un error.

El proyecto oficial de Ganancias que ayer ingresó a la Cámara de Diputados con las firmas del Jefe de Gabinete, Marcos Peña y el ministro de Hacienda, Alfonso Prat Gay, aumenta en un 15%, a partir de 2017, el mínimo no imponible de Ganancias para los trabajadores y autónomos sin hijos, y deja casi sin cambios las deducciones para los casados con hijos.

Esto pasa porque el texto oficial elimina la deducción por cónyuges. Además suprime la deducción hoy permitida por padres, abuelos, suegros y hermanos a cargo, mientras mantiene la deducción por hijos pero en lugar de menores de 24 años reduce la edad a menos de 18 años.

A su vez, el texto oficial eleva en tres años las escalas salariales sobre las que se aplican las alícuotas y se modifican las tasas del impuesto: la tasa mínima baja del 9 al 5%, la siguiente del 14 al 10% y así sucesivamente hasta llegar al 35% que se mantiene en ese tope sin cambios.

Con estos cambios, el mínimo no imponible para un trabajador dependiente sin hijos sube de $ 18.880 mensuales a $ 21.712 por mes: un incremento del 15%. En tanto, el casado con 2 hijos menores de 18 años pasa de $ 25.000 a $ 25.231. En el caso de los casados, la suba del minino no imponible casi no cambia porque, como explicó, se elimina la deducción del cónyuge. Pero baja de $ 25.000 a $ 21.712, si además los hijos superan los 18 años.

A su vez, las escalas que se mantenían congeladas desde el año 2000 aumentan de manera diferenciada en 2017 y vuelven a cambiar en 2018 y en 2019 . Así hoy los que ganan hasta $ 10.000 por año por encima del mínimo no imponible pagan el 9% sobre ese excedente. En 2017, se amplia el excedente hasta $ 61.000 anuales con una alícuota más baja del 5%. Y así sucesivamente hasta alcanzar el 35% para los que ganan más de $ 426.000 anuales por encima del mínimo. Hoy esa tasa del 35% ya rige para los que exceden el mínimo en $ 120.000 anuales.

El ajuste de las escalas congeladas hace 16 años se extiende hasta 2019, en porcentajes inferiores a la inflación de todos esos años y sin contemplar la inflación que pueda producirse en los siguientes años. Tampoco prevé el ajuste automático de los parámetros del impuesto.

En base a estos datos, se estima que el año próximo más gente va a estar alcanzada por el impuesto a las Ganancias. Se calcula que con un aumento salarial del 25% en 2017, no menos de medio millón de trabajadores podrían pasar a pagar Ganancias, en especial los casados con hijos, sumándose al 1,4 millón que ya pagan este impuesto. También más jubilados podrían quedar alcanzados en función de la movilidad que obtengan en marzo y septiembre de 2017.

Por su parte, los que ya están pagando Ganancias van a pagar menos que lo que pagan este año por el doble efecto del aumento de las escalas y los cambios en las tasas. El menor pago de Ganancias dependerá de los rangos salariales y de la estructura familiar.

Previendo que se va a extender el número de contribuyentes, el proyecto dice que los que “por primera vez” queden alcanzados por Ganancias y en la primera escala, tributarán el primer año el 2%, en lugar del 5%.

En el proyecto se señala que la modificación de las cargas sociales en el caso de los hijos de 24 a 18 años se aplica para «homogeneizar» las edades con las contempladas en el régimen de asignaciones familiares. Y en el caso de los ascendientes, como padres o abuelos “se propone su eliminación habida cuenta de la ampliación de la cobertura previsional paso pasó del 57 al 93,8% actualmente”.

El proyecto fija un mínimo imponible más bajo para cierta categoría de jubilados que pertenezcan a regímenes especiales.

La intención del Gobierno es lograr media sanción en Diputados el mes próximo, para lo cual llamará a sesiones extraordinarias, y que el Senado sancione la ley en 2017.

El Gobierno reconoce que fue un error haber prometido la eliminación del Impuesto

Una alta fuente del Gobierno confirmó a Infobae que el presidente Mauricio Macri tenía pensado vetar el proyecto de Sergio Massa sobre el Impuesto a las Ganancias que iba a tratarse mañana, como así también el de Emergencia Ocupacional sancionado por el Senado. Las diferencias entre la iniciativa del Frente Renovador y el pensamiento de la Casa Rosada sobre el tema queda plasmada en otra definición oficial clave: que fue una equivocación haber anunciado su eliminación en la campaña electoral.

«El clima de la campaña y especialmente la presidencial del año pasado subía la vara todo el tiempo. Se prometió de todo. Y haber hecho lo de Ganancias fue un error», explicó una voz oficial.

A un año de la victoria electoral, el gobierno nacional ha modificado sustancialmente su pensamiento y opinión sobre el Impuesto a las Ganancias.

Ya no se trata de un gravamen distorsivo para los trabajadores. Todo lo contrario. «Analizando todos los impuestos que tiene el Estado, puede ser uno de los más importantes. Pero hay que modificarlo todo», se escucha por los pasillos de Balcarce 50 en lo que hoy es más una iniciativa hacia el futuro que un proyecto concreto para enviar al Congreso.

En la idea del Gobierno, el Impuestos a las Ganancias debiera cambiar su concepto y nombre: «Debiera llamarse Impuesto al Ingreso, convertirse en uno de los impuestos clave del sistema tributario y rearmarse en forma completa para que los argentinos de mayores recursos paguen mucho más que los que menos tienen».

Cerca del Presidente también se quejan de la repercusión periodística que tienen cualquier modificación del impuesto: «Afecta a una porción muy pequeña de trabajadores, cuyos ingresos no son precisamente los más bajos, sino todo lo contrario. Sin embargo cualquier debate al respecto tiene una enorme cobertura mediática, cuando la mayor parte de los trabajadores no está involucrado en la discusión por que nos los afecta».

Las históricas cuentas que al respecto planteaba Axel Kicillof era que la discusión sobre el mínimo no imponible y la «cuarta categoría», o sea el limite a partir del cual un trabajador debe pagar el impuesto, afecta a poco más de un millón de trabajadores de un total de 11 millones y medio. Menos del 10% del empleo en blanco.

El argumento del Gobierno para vetar y no apoyar en el Congreso es que, según sus cálculos, la iniciativa de Massa tendría para el Estado un costo cercano a los 100.000 millones de pesos. «Antes que eso, el Presidente la vetará sin dudar», explicó la fuente.

El Impuesto a las Ganancias –nacido en la década del 30 y con el nombre original de «Impuesto a los Réditos»- es el tercer tributo en importancia detrás del IVA y de los aportes patronales. Su crecimiento en los últimos años ha sido exponencial –pasó de recaudar en 2006 en el capítulo «personas físicas» 9.900 millones de pesos a 111.000 millones en el 2014– y a diferencia del IVA, que depende el nivel de consumo, de la actividad de la economía y de los aportes patronales que muchas empresas postergan o evaden directamente, va atado a los salarios.

Se transformó en un impuesto polémico para los trabajadores desde la célebre «Tablita de Machinea» que estableció en el año 2000 un sistema de alícuotas que van del 9% al 35% y que nunca se modificó, provocando un serrucho en las escalas salariales. Y luego se convirtió en una verdadera pesadilla para el más de millón de trabajadores en blanco que lo pagan al no actualizar los montos y quedar desactualizados contra el aumento crónico de la inflación de la última década.

«En general todos los candidatos hablan mal de este impuesto, pero cuando llegan al poder y ven los números terminan convirtiéndose en sus fervientes defensores. Es de rápida recaudación, sobre todo en épocas de crisis y de déficit fiscal. Nació como una medida para paliar el déficit fiscal del gobierno de (José Félix) Uriburu en 1932 y se quedó para siempre», explicaba un ex secretario de Hacienda la historia de este controvertido impuesto.

Fuente: Clarin; Infobae