La doctora Graciela Contarde ratificó la imputación por varias acusaciones, entre ellas por intentar prender fuego el lugar. Destacó el trabajo de la Policía y afirmó que los testigos fueron contundentes en su indagatoria.

El chofer que tomó rehenes por más de 3 horas en la remisería Apipe el miércoles por la mañana sigue preso.

Se trata de Darío Escobar (38 años), quien ese día tomó por la fuerza la oficina central de la empresa ubicada por calle Santa Fe casi Yrigoyen, frente a la plaza Cabral, de la Capital correntina.

La fiscal de Instrucción Graciela Contarde confirmó ayer a El Litoral que “está imputado en una causa de privación ilegítima de la libertad, daños e incendio en grado de tentativa”.

Aseguró que “por el momento va a continuar detenido ya que no hubo presentación alguna solicitando su excarcelación”.

El hecho había causado un enorme revuelo mediático y afortunadamente tuvo un final pacífico con la entrega voluntaria del hombre.

A Escobar se lo pudo ver muy violento con un mazo en la mano.

Según testigos “se presentó con mucha violencia, amenazó a todos con ese mazo”, contó la fiscal.

La doctora Contarde admitió que uno de los relatos más fuertes del expediente fue el de una empleada quien contó que “Escobar le apoyó un cuchillo no sé si en el cuello o el pecho y le dijo que si el no trabajaba nadie más tenía que trabajar allí”.

Según pudo advertirse la demanda principal era el reclamo de una fuente laboral segura.

El hombre tras irrumpir comenzó a gritar: “Quiero un contrato porque estoy en negro hace 10 años”.

La gente que estaba en ese momento en la oficina principal de la remisería relató que entró de manera violenta. Tenía un cuchillo en la mano, un mazo con mango de madera y una gruesa cadena de metal sobre el cuello.

Uno de los testigos dijo que “a mi me advirtió que si yo me voy de acá en una bolsa, vos te vas conmigo…”

Otro contó que escuchó decir a Escobar que “voy a romper todo… de acá no sale nadie…”

También enfatizaron otra frase: “Si yo no trabajo, acá no trabaja nadie”.

La fiscal Contarde señaló además que “se le imputó también por ‘incendio en grado de tentativa’ porque amenazó con prender fuego todo el lugar si no le daban lo que quería”.

En el lugar los pesquisas encontraron dos grupos electrógenos a los cuales le sacó la tapa de combustible y tras colocarlos contra la puerta de acceso amenazó con prenderles fuego, explicó la doctora.

Todos los testigos, salvo el periodista Wilfredo Oviedo, que fue tomado como rehén, coincidieron en haber sido amenazados por esta persona. Oviedo aclaró en todos los medios que “tuve siempre con él un excelente trato, no hubo amenazas ni nada por el estilo”.

Sin embargo, las demás personas contaron que Escobar rompió el vidrio de una puerta con un puñetazo, lo cual le generó un corte en una de sus manos.

También rompió un arbolito de navidad, una pared de durlock y hasta arrojó a la vereda de la calle, una impresora.

Profesionalismo

En otro orden de cosas, la fiscal hizo hincapié en el “profesionalismo con que trabajó la Policía de Corrientes, así como los mediadores, tal el caso de Alejandro Botini, y al mismo tiempo la labor de la Unidad de Fiscalía de Investigación (UFI), así como de los peritos en general. Pudieron conservar con éxito la escena de los hechos, lo cual facilitó muchísimo la labor, teniendo en cuenta que es de vital importancia la preservación de las pruebas”, resaltó.

Fuente: El Litoral