Está en marcha la inclusión de costanera, Teniente Ibáñez y Cazadores Correntinos. Desde la Comuna aseguran que los siniestros disminuyeron cerca de un 30% y las infracciones pasaron de ser 7.000 diarias a 2.000 mensuales.

A seis meses de la puesta en vigencia del sistema de fotomultas en algunas avenidas de la ciudad, el mecanismo de control vehicular se consolida y y se expande hacia nuevos sectores, ampliando la zona vigilada.

Desde el Municipio destacan los buenos resultados que se obtuvieron a partir de la implementación de los radares el 19 de septiembre del año pasado, e indican que los niveles de siniestralidad en las zonas vigiladas disminuyó significativamente. En los primeros 30 días de funcionamiento, los equipos detectaron unas 7.000 infracciones, de las cuales el 70% fueron por excesos de velocidad.

En tanto, aseguran que la mayoría de los conductores sancionados son oriundos de otras ciudades y sólo un 40% viven en Corrientes. Además, del total de infracciones que registra fotográficamente el sistema, sólo la mitad terminan siendo enviadas a los domicilios ya que cerca del 50% son desestimados por los inspectores que filtran la información. Esto se da a veces por cuestiones técnicas que impiden visualizar claramente el número de patente del vehículo infractor y por un margen que da la Comuna en cuanto a excesos de velocidad, permitiendo hasta un 10% más de la máxima permitida para que sea considerada una falta.

Según los datos brindados por el Municipio, la mejora representó una disminución del 26% en cuanto a la cantidad de siniestros viales en las avenidas y las infracciones que se registran rondan las 2.000 mensuales.

Independencia, Ferré, 3 de Abril, Libertad y Maipú fueron las primeras avenidas donde se activó este sistema de control vehicular y se espera que próximamente se sumen Cazadores Correntinos, Teniente Ibáñez y costanera; en esta última ya se instalaron los radares y cámaras que controlarán el flujo de velocidad.

El sistema de control pasó el año pasado por un largo proceso de instalación, calibración y aprobación de los equipos electrónicos. El proceso demandó cerca de seis meses hasta que finalmente las cámaras comenzaron a controlar tres tipos de infracciones: excesos de velocidad, invasión de sendas peatonales y cruces de semáforos en rojo.

Durante los primeros días de funcionamiento de las fotomultas, se generaron varios cruces entre funcionarios del área de Tránsito del Municipio y concejales de la oposición, que pidieron en ese momento la suspensión del sistema argumentando algunas irregularidades en su implementación.

Tal es así que el tema fue discutido en el Concejo Deliberante, donde el oficialismo hizo valer su mayoría para que el pedido de nulidad del mecanismo quede desestimado. En este sentido, funcionarios de Tránsito aseguran que se realizaron todos los pasos legales pertinentes, como la homologación de equipos por parte del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (Inti) y la habilitación de la Secretaría de Comercio de la Nación.

Una vez superados estos primeros inconvenientes, la Comuna anunció la ampliación de la zona vigilada, proceso que comenzó hace pocos meses. Además de las avenidas mencionadas, la idea original incluía la instalación de radares en algunas arterias del centro para controlar, sobre todo, la invasión de sendas peatonales por parte de los vehículos.

Este proyecto, aunque no se materialice en el corto plazo, no quedó completamente descartado ya que desde el comienzo el Municipio indicó que el mecanismo no sólo se ampliaría sino que además sería flexible en cuanto a las zonas vigiladas. Es decir, los equipos irán rotando en diferentes sectores de las avenidas capitalinas más transitadas para optimizar el control y lograr así mejores resultados.

Fuente: El Litoral