El productor de teatro y televisión relató varias anécdotas que le ocurrieron tras la muerte de la actriz.
Gustavo Yankelevich sufrió un duro golpe cuando Romina Yan murió a los 36 años el 29 de septiembre de 2010. Tras su fallecimiento, el productor de teatro y televisión había contado que su hija se le había aparecido en un sueño. En una entrevista con Ari Paluch, manifestó que siguió recibiendo señales de la actriz de diversas maneras.
«Yo tenía señales con la música. Me desvelaba a la noche y prendía la radio sin prender la luz para ver si podía agarrar el sueño. Una noche escuché un tema a las cinco de la mañana, ahora no se dicen los temas ni el autor ni quién es. Pero yo reconocí que era Patricia Sosa y yo sentí que Romina me estaba hablando. Prendí la luz, lo escribí y al otro día me fui por las disquerías a buscarlo. No sabía cómo se llamaba hasta que lo encontré, el tema se llama ‘Hasta donde Dios me quiera llevar’. Ahí dije hay un señal», relató en el programa radial El exprimidor.
Además, aseguró que no fue la única vez que le sucedió un episodio de este estilo: «Había almorzado con Rosella, mi mujer, e iba haciendo zapping en el auto y mi mano no paraba, era una búsqueda tremenda, una ansiedad… De la FM, me fui a la AM y en la memoria del auto la primera radio que tengo es Continental. Puse y en ese momento arranca un tema. Me quedo escuchándolo y sentí que era Romina que me estaba hablando. La miro a mi mujer, en la mitad del tema la toqué y estaba llorando, me dijo ‘Romina, Romina’. Le escribí al director de Continental un mail y le dije ‘ayer a las 15.38 pasaste un tema y necesito saber de quién es’. Me dijo ‘olvidate, acá no pasamos música, te confundiste. En una hora viene el musicalizador y le pregunto’. A las dos horas me contestó que el único tema que habían pasado en el día fue ‘Si me voy antes que vos’, de Jaime Roos».
Luego de no recibir más señales de la actriz por dos meses, vivió una nueva experiencia que le recordó a Romina: «Un día le hablé muy seriamente y le dije ‘oíme, ¿no te das cuenta que estoy hecho mierda?, me tenés que ayudar, quiero una señal, no algo que yo crea que es tuya, quiero una señal de verdad’. Ese día me iba a Brasil con mi socio, estábamos en Ezeiza y pasé por Migraciones. Cuando pasé, la mujer me mira antes que le dé el documento, me dice ‘Inolvidable Romina, en casa la amamos’. Le di mi documento y me fui. Estaba en shock, le había pedido a las 9 de la mañana que me diera una señal».
«Pasan 15 días, me voy a los Estados Unidos con mi mujer. Paso a una cabina y me encuentro a la mujer, no me dijo nada. Eso me demostraba que no era una cholula, que era una señal. Yo le dije ‘señora hace 15 días pasé por acá y la vi’. Ella me repite ‘inolvidable Romina’. Le dije que había sido la mensajera de mi hija. Le di un beso y abrazo, me sentí mejor y me fui», agregó Gustavo.
Por último, narró una anécdota relacionada a una periodista: «Se cumplía el segundo aniversario de la muerte de Ro. Un día difícil, abro la compu y leo Clarín diciendo que se cumplía un aniversario. Entro para ver la nota, era maravillosa. El título era ‘inolvidable Romina’. Dije ‘gorda, me quedo tranquilo que estás conmigo’. La que escribió la nota fue Adriana Schettini. La llamé para agradecer. Ella me dijo que no tenía nada que agradecer, que era lo que sentía. Le conté lo de Ezeiza. Ella se puso a llorar y no podía hablar… Me dijo que la nota la había escrito hace tres días con el título ‘eternamente Romina’ y cuando la fue a entregar le cambió por ‘inolvidable’. Cuando me pasan ese tipo de cosas, me siento con una felicidad suprema porque sé que está y me reafirma que voy a estar con ella».