Se trata de la baja registrada en junio en comparación con el mismo mes de 2015 y del acumulado durante el primer semestre de este año, informó hoy el Instituto Nacional de Estadística y Censos.

El organismo informó que para el trimestre julio-septiembre, el 53,3% de los empresarios consultados anticipó una demanda interna estable, contra un 27,7% que vislumbra una baja y 19% de las empresas prevé una suba.

Después del leve aumento de la actividad fabril que el organismo oficial de estadística estimó para enero de 2016, momento en que decidió retomar el cálculo de la serie de la producción manufacturera, sin dar los resultados de los meses precedentes, el indicador inició una caída sostenida y en aceleración.

Así, de una modesta declinación de 0,1% en febrero, siempre en comparación con similar período del año anterior, el EMI pasó a registrar sendas contracciones de 3,8% en marzo; 5,2% en abril; se atenuó a 4,5% en mayo, pero luego se intensificó a 6,4% en junio. De ahí surgió un derrumbe acumulado de 3,3% en el semestre.

Cabe notar que el estudio Orlando Ferreres había anticipado un receso de 3,9% en el mes y 0,8% en los seis meses, cotejado con similares tramos del año anterior, en tanto para FIEL las caídas en esos períodos fueron de 8,2% y 3,6%, respectivamente.

De este modo, tanto el Indec como los estudios privados, coincidieron en mostrar un sector industrial que atraviesa por la octava etapa recesiva en sólo 20 años.

Expectativas para el tercer trimestre

Los presupuestos del conjunto del sector manufacturero para el período julio a septiembre, revelaron una moderada mejora de la demanda, algo más intensa de la vinculada con el resto del mundo, que en la originada en el mercado interno.

El saldo de respuesta positiva fue de 17,8% de las empresas consultadas por el Indec en lo referente a las exportaciones y en 8,7% de los casos para las ventas internas.

Semejante austeridad para la primera mitad de un segundo semestre en el que el Gobierno ha concentrado sus esperanzas de clara reactivación de la economía en su conjunto, explica que las previsiones de empleo y horas trabajadas por los obreros fabriles se sostengan con un saldo negativo de 3,7% de los consultados, en el primer caso, y de 13,8% en el segundo.

Esas decisiones se fundamentan en la creciente capacidad ociosa con la que vienen operando el promedio, a más de 35%, y las expectativas para el tercer trimestre arrojaron un saldo negativo de 11,6% de los casos.

Fuente: Telam, Infobae