El período de cuarentena se va a terminar en sólo pocos días, en los cuales se esperan los resultados de los últimos análisis que le realizaron al yaguareté oriundo de Paraguay. De salir todo tal lo planeado, su traslado a San Alonso será la semana próxima. Con su llegada, se renuevan las esperanzas reproductivas.

El calor del mediodía de febrero se junta con la impaciencia. Sin embargo, él parece estar tranquilo. “No es un animal nervioso. Cuando llegó Nahuel lo veíamos asustado, inquieto. Pero no es el caso de Chiqui”, describieron a época desde Conservation Land Trust (CLT), la fundación que creó Douglas Tompkins y que puso en marcha desde hace más de tres años el proyecto de cría de yaguaretés en el Iberá.

“Los especialistas y biólogos estiman que no va a ser un animal con problemas. Además, ya es el tercer traslado de yaguaretés hacia la reserva de San Alonso, todo el personal tiene más experiencia y se siente más confiado”, evaluó Marisi López, referente de relaciones públicas de la fundación.

A un año del arribo de Nahuel – que fue donado por un zoológico de Río Negro – y su radicación en la isla en el corazón de los Esteros, el nuevo integrante del proyecto es un macho más joven, que llega en préstamo hasta el mes de febrero próximo.

“Pertenece a la Reserva Atinguy que administra la Entidad Binacional Yacyretá en Paraguay. Desde ese espacio de conservación aceptaron en cederlo con fines reproductivos por el período de un año”, explicó López.

Así, “Chiqui” promete ser un invitado de lujo que tendrá tiempo para aclimatarse, adaptarse al entorno y también conocer a Tobuna.
Después de un año de juntas entre los dos primeros ejemplares arribados a suelo correntino sin resultados de preñez, el proyecto – que pretende repoblar el Iberá con esta especie extinguida hace más de 60 años – pone ahora sus expectativas en que haya mejor suerte con “Chiqui”.

Durante los últimos cuarenta días, el ejemplar de yaguareté fue sometido a análisis, estudios y resguardo bajo las mejores atenciones biológicas en San Cayetano, en un centro que la fundación comparte con la administración del Gobierno provincial para ese fin.

“Hasta el momento todos los resultados fueron buenos. Se descartaron enfermedades y vemos que responde bien en todos los aspectos. Sólo faltan los últimos análisis que deberían llegar en los próximos días”, recordó López.

Mientras, los preparativos de su traslado están en marcha. Esta semana fijaron la fecha tentativa para el viaje, que probablemente será la definitiva. En la madrugada del 8 de marzo, un equipo de biólogos y técnicos del proyecto lo ayudará a salir de su recinto en el Centro de San Cayetano para subir a una jaula reforzada. Y dentro de ella viajará por tierra unos 200 kilómetros hasta la reserva San Nicolás, otra de las estancias de Tompkins convertida en camping para recibir a los visitantes en los Esteros dentro del espacio de conservación.

“Queda a pocos kilómetros de San Miguel y es el lugar donde se embarcará a ‘Chiqui’ en una balsa”, detalló López. Tras una hora de navegación, para atravesar unos 30 kilómetros de naturaleza en estado puro por las “aguas brillantes” de los Esteros, lo esperan en la isla San Alonso. “Al igual que se organizó con Nahuel, el yaguareté viajará solo con los biólogos y técnicos. Así será menos estresante para el animal”, aclaró la referente de CLT.

Pero al día siguiente, el jueves 9 de marzo, la isla dentro de la reserva se convertirá en una fiesta de bienvenida para Chiqui. “Se espera la asistencia de autoridades de la EBY, así como del Ministerio de Ambiente de la Nación y funcionarios de la provincia de Corrientes, vecinos, colaboradores y técnicos. Hay mucha expectativa”, aseguró Marisi.

Parte del comité de bienvenida podría conformarlo el rabino Sergio Bergman, titular de la cartera ambiental de la Nación, quien ya había estado presente durante la bienvenida a Nahuel el año pasado.

Aunque desde la fundación no confirmaron su asistencia, la renovación del compromiso del Gobierno nacional con el proyecto de reintroducción de especies sería una como una inyección de ánimos. El trabajo no está siendo sencillo, la labor es mucha y Tobuna no pudo quedarse preñada en el último año. Además, la burocracia viene retrasando las gestiones para poder traer de Brasil a la segunda hembra seleccionada para el proyecto, Isis.

En varias oportunidades la actual presidente de la fundación, Sofia Heinonen y los técnicos y biólogos del proyecto viajaron al vecino país para intentar acelerar los trámites y permisos para su ingreso a suelo argentino. Pero, pese a los esfuerzos, las gestiones se toman su tiempo.

Por eso, la nueva visita de Bergman podría ser una oportunidad para contar con su respaldo para agilizar los trámites y que el proyecto de cría con cuatro ejemplares progenitores pueda completarse sin más dilación. De ese modo, Nahuel y Tobuna; Isis y Chiqui, tendrían tiempo suficiente para gestar cachorros.
No obstante, los planes siguen en marcha y la alegría de quienes participan en el proyecto es contagiosa.

“Al venir de Paraguay, con un clima y un ecosistema parecido, y haber estado en una reserva faunística y no en un zoológico, creemos que la adaptación de ‘Chiqui’ será más sencilla y rápida que con Nahuel, que venía de Río Negro y tuvo que adaptarse al calor”, apuntó López.

En San Alonso lo espera su corral, con el aislamiento necesario para tener su tiempo de aclimatarse. Y un equipo humano que, ya encargados de monitorear y cuidar de Nahuel y Tobuna, está ansioso por conocer al nuevo miembro de la familia felina.

Fuente: época