El Galaxy S8 será presentado en marzo en Estados Unidos. La empresa intentará dejar atrás los fantasmas de su antiguo dispositivo. 

Samsung intenta dejar atrás los fantasmas del Galaxy Note 7 y prepara el lanzamiento de una de sus terminales más importantes con las que intentará recuperar algo de terreno en un mercado complejo: el Galaxy S8.
2016 fue un año duro para la firma coreana. El Note 7, su celular más exclusivo, presentó graves fallas en la batería que en algunos casos provocaron la explosión del móvil, por lo que la empresa debió, además de frenar la producción, ordenar a sus clientes que devolvieran las unidades ya compradas debido a los riesgos del aparato.

El nuevo modelo se presentará el 29 de marzo, en Nueva York, aunque se espera que su lanzamiento comercial se produzca en abril. Se tratará de una presentación clave: para la empresa nada puede salir mal, ya que este celular tendrá que borrar de la memoria de los usuarios la mala experiencia vivida con el Note 7.
El nuevo smartphone vendrá en dos diferentes versiones: una con pantalla de 5,8 pulgadas y otra con una de 6,2. Su precio, aunque aún no está establecido, será de 799 y 899 euros, respectivamente.

Las pantallas serán 4K, del tipo QHD Super Aoled, con bordes curvos como los “Edge”: esta característica pasará a ser parte habitual de los nuevos teléfonos de la marca. En este sentido se cubrirá el 83 % de la superficie del equipo, que seguramente traerá el próximo iPhone.
Ninguno de los modelos tendrá botones en la parte frontal. Además, el nuevo modelo cuenta con lector de huellas digitales, junto a una cámara trasera de 12 megapíxeles y una frontal de 8.

Toda la atención estará puesta en la batería de los dispositivos que en esta oportunidad portarán una de 3000 y 3.500mAh, según el modelo. Ambas son pequeñas si se toma en consideración el gasto que representarán las pantallas, aunque Samsung aclara que su rendimiento mejoró en un 20 % por lo que demandarán menos energía.