El reconocido constitucionalista correntino Mario Midón, doctor en derecho y profesor titular de la Cátedra A de Derecho Constitucional de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional del Nordeste, brinda su opinión sobre la reforma constitucional propuesta por el oficialismo provincial.

La reforma constitucional es una propuesta tramposa

Finalmente se conocen los puntos del Anteproyecto de Reforma Constitucional que un sector de la dirigencia política local, identificada con la coalición gobernante ha lanzado al ruedo. Iniciativa que, en lo sustancial, anuncia como causa motivante de la necesidad de reforma el imperativo de uniformar el período electoral local en los mismos años en que se vote para presidente y vice, a partir de 2019. Extrañamente, sin embargo, no tomó estado público el proyecto de ley declaratoria de la necesidad de reforma.

Para lograr ese objetivo se propone que el próximo mandato del gobernador, vicegobernador y los intendentes se limite a dos años de 2017 a 2019, momento a partir del cual y, tras nuevas elecciones, todos esos funcionarios volverían a durar cuatro años.

Sin embargo, detrás de las aparentes intenciones declaradas, la regulación pretendida oculta el verdadero sentido del llamado a constituyentes, consistente en que todos esos altos funcionarios que hoy no pueden ser re reelegidos, vuelvan a candidatearse para el mismo sitial que actualmente ocupan, una vez que transcurra el acotado término de dos años. Todo ello, siempre y cuando al presentarse el Anteproyecto de ley no se incluya, de manera expresa, la figura de la re reelección.

Con ese ingrediente tan amañado, la mentada reforma se hace acreedora del calificativo de tramposa, por inconstitucional e inconvencional de los documentos internacionales que firmó el Estado argentino, transgrediendo el principio de Igualdad ante la ley y la Autenticidad de las elecciones que se programen para el año que viene.
Ello así, porque regularmente, desde el advenimiento de la democracia (1983), los gobernadores y vice que aspiraron a una reelección debieron esperar –como mínimo- el paso de cuatro años para una nueva postulación.

Empero, este rebuscado accidente de acortar el mandato del próximo gobernador hará que quien actualmente ocupa el sillón de Ferré, como también los intendentes que no pueden ser re reelectos hoy, gocen de una prerrogativa que no la tuvieron sus predecesores, ni la tendrán sus sucesores.

Es innegable, entonces, que el cambio electoral a que se convoca, reforma mediante, es absolutamente ilegítimo porque se apoya en la exclusiva conveniencia política del poder de turno quien, ante el rechazo social para obtener la re reelección, decidió apelar al llamativo atajo de truncar mandatos para tener la chance de competir para la misma función, pero no luego de cuatro años como lo establece la Constitución correntino, sino cuando apenas pasen dos.

Podrá decirse por los mentores de la estrategia que el artículo 150 de la Constitución local, en cuanto establece que para volver a ser candidato el gobernador debe esperar cuatro años no está incluido entre los preceptos a modificarse, pero ello no sería obstáculo para el propósito trazado, porque aparece confusamente incorporado como punto a reformar el de la extensión del mandato gubernativo para el período de transición de dos años, previsión que evidencia la inequívoca voluntad de tocar esa figura, seguramente con la finalidad de dar satisfacción a la exigencia del artículo 238 de la Constitución en cuanto exige identificar “las partes e institutos de la Constitución que se someterán a reforma” .

A todo ello, se suman recientes declaraciones de un exponente de ECO quien ha dicho que las convenciones son soberanas, lo que en buen romance significa que una vez constituido el cuerpo constituyente, ese órgano podrá a su antojo reformar cualquier disposición de nuestra ley fundamental, aún cuando ella no esté comprendida en la ley que dicte la Legislatura.
En coincidencia con ello, demostrando que el tema de la re reelección no está cerrado, el mismísimo gobernador dice que “… la re reelección lo va a resolver la gente”. Manifestación que puede explicar porque no se dio a conocer todavía el proyecto de ley, en la idea de incorporar luego de manera expresa la re reelección.

Asimismo, es innegable que el acontecimiento de que elijamos gobernador y vice en el mismo año en que se elije presidente de la república no es episodio –como se ha afirmado por los promotores de la iniciativa- que pueda cambiar la vida de los correntinos, puesto que la circunstancia de que se vote en un mismo año para tan altas magistraturas no significada simultaneidad de los comicios provinciales con los nacionales, tampoco con los municipales. Así lo documenta el caso de la provincia de Santiago del Estero, similar al de Corrientes, donde no se intenta una reforma para uniformar mandatos.

De allí que la multiplicidad de convocatorias seguirá igual, como ocurrió hasta hoy y cada dos años continuaremos eligiendo diputados nacionales y provinciales, senadores provinciales, amén de intendentes y concejales y cada seis senadores de la Nación.
Es decir que la policromía comicial continuará sin alteración alguna y solo por un acto voluntarista, rayano con la fantasía política puede sostenerse que allegará algún beneficio institucional o de otra naturaleza para Corrientes.
Se podía arribar al mismo resultado que se propone ahora si, con la debida antelación, el actual gobierno autolimitaba su gestión a dos años y elegíamos gobernador y vice en 2015. Después de todo, no es un misterio que el presidente y vice duran cuatro años.

De prosperar la empresa reformista seguramente la justicia tendrá que decir lo suyo, porque no creo que la sociedad asista impávida a este intento y los jueces no adviertan la tramposa propuesta que ella encierra.

Crédito imagen: El Litoral