Tenía 31 años y hacía 22 que estaba en el zoo de Mendoza, que en los últimos tiempos fue escenario de varias muertes de animales. Su imágen, lánguida y deprimida, dio la vuelta al mundo.

El oso polar Arturo, considerado el animal más triste del mundo por un diario inglés, murió el domingo por la tarde tras padecer una marcada descompensación y un deterioro irreversible. Tenía 31 años y 23 los vivió en cautiverio. Era «huésped» del zoológico de Mendoza, en el que fallecieron decenas de animales en los últimos meses.

Hacia varios meses que el animal estaba sufriendo, pero el viernes pasado su salud se deterioró del todo, su muerte se aproximaba. El equipo de veterinarios del zoológico y los funcionarios de Ambiente mendocinos se acostaron junto al animal para acompañarlo en sus último minutos de vida.

Quienes estuvieron «velando» al animal pensaron en «dormirlo» químicamente para evitarle más sufrimiento. Arturo era el último oso polar en cautiverio en la Argentina.

Esta muerte enojó a todos los proteccionistas de animales, ya que hace unos meses la organización ambientalista pidió que liberen al oso y lo trasladen a un centro de conservación en su ecosistema de origen.

A pesar del fuerte pedido, las autoridades de Mendoza determinaron que la salud de Arturo no permitía el traslado. Aseguraban que el animal «no iba a soportar la relocalización».

UNA MUERTE ASEGURADA

Hace unos meses un equipo de veterinarios de la Fundación Temaikén llegó a Mendoza para asistirlo luego de los signos de decaimiento y falta de apetito manifestados en los últimos meses, por lo que decidieron sedarlo para practicarle estudios complementarios que posibiliten un diagnóstico.

“Hubo que hacer una guardia nocturna para monitorearlo de cerca y evaluar su recuperación porque estaba muy deprimido, las anestesias siempre tienen riesgo y más en animales de esta edad”, señaló en aquel momento el veterinario de la Fundación Teimaken, Eduardo Francisco.

El oso adquirió relevancia internacional luego de una campaña que se realizó en 2014 y se viralizó por las redes sociales. Esta campaña juntó más de 420.000 firmas. La idea era trasladarlo a Canadá, un hábitat más adecuado que Mendoza, que suele alcanzar temperaturas de 40 grados durante el verano.

LA «VIDA» DE ARTURO

El oso Arturo nació en 1985 en el zoológico de Colorado, Estados Unidos, y es la quinta generación de ejemplares de esa especie nacida en cautiverio. Vivió en el parque mendocino desde hace 23 años, ya que fue trasladado desde Buenos Aires en 1993, y estuvo acompañado por la osa Pelusa hasta su muerte, en 2012.

«Arturo fue un caso testigo. Esperamos que sea el último oso polar retenido en un zoológico de nuestro país y que su caso obligue a las autoridades a rever la situación de las demás especies exóticas que sobreviven en su misma situación», comentó Soledad Sede, del equipo de Campañas de Greenpeace.

Y, para finalizar, recordó: «No era el único animal en cautiverio y en pésimas condiciones, sino sólo un ejemplo más de cómo funcionan actualmente la mayoría de los zoológicos de nuestro país, priorizando la exhibición con fines comerciales y recreativos por sobre la conservación y el bienestar anima».

Fuente: BigBangNews