Se trata de Marcelina Cardozo (50), que hace alrededor de un mes está alojada en la casa de Claudia Cherkasky, una vecina del barrio Molina Punta, quien la asistió tras encontrarla a la vuelta de su casa en un día de lluvia. Tras tratar infructuosamente de encontrar un hogar que pueda recibirla, solicita el apoyo de la comunidad. «Este es un caso del estado. Yo estoy ayudando, pero necesito que alguien del Estado, en primer lugar la documente, y un hogar que la contenga, y la traten bien», manifestó Claudia en contacto con el movil de exteriores de Capital 95.3.

«Hace más de un mes estamos siguiendo el caso de esta mujer Marcelina Cardozo, indocumentada y sin hogar. La encontramos a la vuelta de mi casa un día de lluvia, toda mojada y sucia. Entonces me acerqué para ver en que la podíamos ayudar, pero como ella no hablaba, llamamos a la policía de la seccional 17 y la llevamos al hospital de Salud Mental, para ver si tenía allí historia clínica o si la podían cobijar», contó Claudia.

«Como esta señora no tiene ningún tipo de documentación, no se la recibe en el hospital de Salud Mental, pero nos facilitan la dirección de una hija de ella. Entonces, vamos con el móvil policial hasta la casa en el barrio Ongay, nos recibe una señora y nos dice, en un estado alterado, que Marcelina no puede ingresar a su casa».

«Luego nos enteramos que la señora que nos atendió es la mujer que se hizo cargo de la hija de Marcelina, Andrea Josefina Cardozo, cuando su padre hace 30 años la deja embarazada. Es decir que Andrea sería fruto del incesto».

«Marcelina fue expulsada de su domicilio, calculamos hace unos 30 años por causa de su embarazo, pero para atrás no tenemos noticias de qué pasaba con su vida. Solo sabemos que vivía con su padre y la mujer de éste, hasta que fue expulsada por el embarazo».

«Ella nació ya con un déficit mental, por lo tanto nunca fue a la escuela. No sabe leer ni escribir, no se comunica, dice unas diez palabras, nada más. Entiende perfectamente, pero no se comunica, no habla».

«Cuando publiqué el caso en las redes sociales, personas que la conocen comenzaron a comunicarse conmigo. La gente del barrio le daba de comer. Más que nada se la veía en la zona de la terminal, en los vagones abandonados. La gente la conocía como Marcelina de la terminal».

«Fuimos armando esta historia y nos comunicamos con la Defensoría de Pobres y Ausentes, y allí me piden un montón de requisitos para que yo me haga cargo de Marcelina. Pero no es eso lo que pido, pido un hogar para ella».

«Yo la recibí y me hice cargo de ella porque estaba desamparada bajo la lluvia, no tenía donde estar. Estaba muerta de frío y con hambre. ¿Cómo voy a dejar tirada así a una persona? No la recibía el hospital, no la recibió su familia, ¿cómo la iba a dejar en la calle? Por eso me hice cargo de ella. Pero no me puedo hacer cargo toda la vida de ella, porque no tengo los recursos».

«Este es un caso del estado. Yo estoy ayudando, pero necesito que alguien del Estado, en primer lugar la documente, y un hogar que la contenga, y la traten bien».

«Siento rabia e impotencia al ver como una persona de 50 años, este así tirada en la calle. Un ser humano, argentino, que no cometió ningún delito, que tuvo la mala suerte de nacer con deficiencia mental. ¿Y nunca nadie la vio? Estamos hablando de medio siglo, no dos o tres meses, de una mujer tirada en la calle».

«Las donaciones las estamos recibiendo en mi casa, acá en las 500 viviendas del Molina Punta. Necesitamos alimentos. Mi teléfono es (0379) 154552507», finalizó.