*Por Germán Braillard Poccard, Vicepresidente Nacional del Partido Renovador Federal.

El Decreto 979/16 firmado para modificar partidas del Presupuesto 2016 es una muestra más de una visión unitaria y centralista del gobierno del presidente Mauricio Macri.

Este Decreto nace con el objetivo de conseguir los fondos para pagar los juicios del Estado pendientes con los jubilados. E incluye anexos para redirigir más de $ 60 mil millones para obras en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Esta cifra equivale al 25% del presupuesto del Plan Belgrano, la gran promesa de Cambiemos para el Norte Grande, que todavía no cuenta con los fondos para iniciar su ejecución.

Si vemos los índices de Desarrollo Humano de cada región, notaremos con mayor claridad lo injusta y desigual que ha sido la decisión del Presidente. El índice de Desarrollo Humano, donde 1 es perfecto y 0 es lo peor, la Ciudad Autónoma de Buenos Aires obtiene un 0.89 y, en promedio, el NEA-NOA un 0.83. Otro dato que demuestra las asimetrías existentes en el país es el PBI per cápita de CABA es de US$ 25.000, más de tres veces el promedio nacional. Esta situación de desigualdad estructural, no fue generada por el Gobierno de Cambiemos, pero el Presidente tuvo en el Plan Belgrano una promesa de campaña que a la hora de priorizar las partidas presupuestarias demuestra no encontrarse entre las prioridades del ejecutivo nacional.

Este DNU no es una medida aislada que pueda ser aducida como un error de tiempos o de oportunidad política. En enero, a pocos días de haber asumido, el gobierno intentó aumentar la coparticipación a la ciudad de Buenos Aires de 1,4% a 3,75 % del total de los fondos coparticipables. Este beneficio que el Presidente procuró otorgar a su ciudad, lo iba a hacer en evidente detrimento con el resto de las provincias, maquillando la iniciativa con la excusa de tener que traspasar la policía federal a la ciudad. Argumento poco sostenible porque, según datos oficiales, en el 2016 estaba previsto que a las arcas de la Ciudad de Buenos Aires ingresen $ 10.022 millones en concepto de coparticipación federal. De efectivizarse aquel decreto, ese monto hubiese llegado a $ 26.845 millones, cuando el costo aproximado de la transferencia de la PFA es de solo $8.000 millones, la mitad de lo que el Gobierno de Cambiemos pretendió enviar a la administración de Rodríguez Larreta. Esta medida se pudo frenar gracias a la oposición que ejerció el Frente Renovador en la comisión de DNU y a las numerosas críticas de la mayoría de los gobernadores.

Volviendo al Plan Belgrano (que según fuentes oficiales está en marcha, pero no se lo ve porque aún no posee los recursos necesarios para que pueda iniciar sus obras), como correntino, tengo una sostenida sensación de injusticia con todos los gobiernos nacionales que poco hacen por el desarrollo de nuestra región. Macri nos prometió el ambicioso Plan para transformar las realidades de nuestros pueblos, pero hoy se lo ve más preocupado por iniciar la futurista mega estación subterránea de la Avenida 9 de Julio, que en dotar de gasoducto a la totalidad del NEA, o en construir nuestro necesario segundo puente Chaco-Corrientes (que ya se decidió que no contará con las vías férreas que nos permitan ingresar al Belgrano Cargas, vía troncal de la producción Argentina).

Nuevamente nos enfrentamos a una visión de país que no tiene como prioridad equiparar los niveles de vida de todas sus regiones, merece la pena llamar a los Gobernadores y Legisladores Nacionales, para que, más allá de su pertenencia política, puedan plantear un freno a esta tendencia unitaria. Quienes soñamos con un modelo más federal, debemos tener en cuenta que no es verdad que este gobierno retroceda al equivocarse, retrocede cuando le faltan los apoyos legislativos para validar sus DNU, y es allí donde debemos hacer política para defender a nuestras provincias.

Como Vicepresidente Nacional del Partido Renovador Federal, fuerza que bajo la conducción del Diputado Nacional Sergio Massa frenó y modificó los los dos decretos que critiqué en esta nota. Hago un llamado a los dirigentes del norte argentino que integran el frente Cambiemos porque todavía están a tiempo de hacer que el país no vuelva a caer en esa arcaica visión de que la Argentina termina en la General Paz. Confío en que estos “errores” solo se verán en el 2016 y que fueron producidos por algunos de la enorme cantidad de funcionarios porteños que forman parte del Gabinete Nacional. Espero que el presidente escuche vuestras demandas y que todos hagamos oír al norte argentino. De no conseguirlo, Cambiemos solo ha reemplazado una injusta visión de pingüinos priorizando Santa Cruz a una porteña y unitaria visión argentina que pone como premisa las inversiones en el distrito más rico de la República.