En lo que representa un increíble paso hacia un futuro para los trasplantes de órganos, un grupo de científicos del Instituto Salk de California consiguió modificar genéticamente un cerdo con la finalidad de elevar las posibilidades de utilizar sus órganos en humanos.

Crearon de manera revolucionaria en un laboratorio un embrión híbrido de un humano y un cerdo, según el estudio difundido en la prestigiosa publicación académica Cell, citado este jueves por el Washington Post. Este avance no estará exento de debate y polémica tanto en el seno de la academia científica como en la opinión pública, debido a los límites que atraviesa.
Juan Carlos Izpisua Belmonte, jefe de la investigación comentó: “Hemos demostrado que una tecnología de alta precisión permite que un organismo de una especie produzca un órgano concreto compuesto de células de otra especie; esto nos aporta una herramienta importante para estudiar la evolución de las especies, su biología y sus enfermedades, y al final puede conducir a la capacidad de cultivar órganos humanos para trasplantes”.

Por el momento, los investigadores consiguieron cultivar en ratones páncreas, corazones y ojos de ratas; y también generar células y tejidos humanos en embriones de vaca y cerdo.
El objetivo final de los científicos es obtener órganos funcionales y tejidos que puedan ser usados en trasplantes. Además, dichas “quimeras” podrían ser utilizadas en pruebas de drogas, aprovechando que reaccionarían de la misma manera que un humano.

Una «quimera» es un organismo formado por células de diferentes especies. La palabra «quimera» originalmente describía criaturas mitológicas o deidades en las religiones politeístas. En ciencia, las quimeras interespecíficas se están convirtiendo en potentes herramientas de investigación para el desarrollo de aplicaciones clínicas.
Los expertos explicaron en un paper que la crianza de embriones de humanos/cerdos ha resultado más complicada de lo esperado.

Después de décadas de intentos aún se trabaja con esmero para que las células madres en las placas de Petri se conviertan en células adultas completamente funcionales. “Creemos que criar células humanas en un animal puede ser mucho más fructífero. Todavía tenemos muchas cosas que aprender sobre el desarrollo temprano de las medidas”, dijo el profesor Juan Carlos Izpisua Belmonte.