El presidente saliente de Estados Unidos, Barack Obama, dio la orden de expulsar a 35 supuestos espías de ese país por su presunta vinculación con el hackeo de los emails de la cúpula del Partido Demócrata. Tras conocerse la medida, desde Rusia anunciaron que adoptarán idéntica medida en su territorio, y expulsarán a 35 diplomáticos americanos.

Tras llegar a la conclusión de que la inteligencia rusa influyó en las elecciones de Estados Unidos, Barack Obama decretó sanciones contra dos agencias de inteligencia de Rusia, incluidos cuatro importantes oficiales militares que trabajan allí, y dio la orden de expulsar a 35 supuestos espías de ese país por su presunta vinculación con el hackeo de los emails de la cúpula del Partido Demócrata.

Además, ordenó sanciones financieras contra tres empresas que proveyeron apoyo material a las operaciones cibernéticas del GRU, el servicio de inteligencia militar para el extranjero, una de las dos agencias afectadas por las medidas de Obama, según un comunicado difundido por la Casa Blanca citado por la agencia de noticias DPA.

El decreto presidencial también estableció el cierre de «dos instalaciones rusas, en Maryland y Nueva York, usadas por personal ruso para tareas de inteligencia».

«En octubre mi gobierno publicó nuestra conclusión de que Rusia actuó para interferir en el proceso electoral de Estados Unidos», justificó Obama en el comunicado.

En medio de la campaña presidencial estadounidense de este año, la organización Wikileaks publicó una serie de emails privados de miembros de la cúpula del Partido Demócrata y del equipo electoral de la candidata oficialista, Hillary Clinton.

Estos emails, que fueron hackeados por personas aún no identificadas oficialmente, revelaron internas dentro de los demócratas -cómo el partido apoyó a Clinton y boicoteó las aspiraciones de su rival en las primarias, Bernie Sanders- e incoherencias y abiertas contradicciones entre el discurso de la candidata presidencial oficialista y sus acciones.

El escándalo de los emails le costó la cabeza a la entonces presidenta del Partido Demócrata, Debbie Wasserman Schultz, y dejaron mal parados a más de uno en la campaña de Clinton.

Por eso, recientemente, el gobierno de Obama acusó a Rusia, presunto autor intelectual y material del hackeo, de haber filtrado los emails a Wikileaks para beneficiar al candidato republicano y abierto simpatizante del presidente ruso Vladimir Putin, Donald Trump.

Los pasos dados hoy -continuó argumentando Obama en el comunicado- «son una respuesta necesaria y apropiada a los esfuerzos para dañar los intereses de Estados Unidos violando normas de comportamiento establecidas internacionalmente».

«Este robo de información y esta divulgación de actividades sólo pudo ser dirigida desde los máximos líderes del gobierno ruso», agregó el texto.

La respuesta rusa

La primera respuesta de Rusia llegó pocas horas después, el mismo jueves. Maria Zakharova, vocera del Ministerio de Exteriores ruso, dijo en un comunicado publicado en Facebook que anunciaría medidas en represalia el viernes. «Mañana (por hoy viernes) serán las declaraciones oficiales, las contramedidas y muchas otras cosas», escribió.

Como acción inicial, el gobierno ruso había ordenado el cierre de la Escuela angloaamericana de Moscú. Se trata del centro educativo que atiende a los hijos del personal de las embajadas de Estados Unidos, el Reino Unido y Canadá.

Un día después de que Barack Obama ordenara la expulsión de 35 agentes de inteligencia al servicio de Rusia por el hackeo durante la campaña electoral estadounidense, Vladimir Putin tiene en su escritorio la propuesta de su diplomacia para responder a esas sanciones: se trata de la expulsión de 35 -la cifra no es una coincidencia- diplomáticos de los Estados Unidos.

«El Ministerio de Relaciones Exteriores […] propuso al presidente ruso declarar persona non grata a 31 diplomáticos de la embajada de los Estados Unidos en Moscú y cuatro diplomáticos del consulado general estadounidense en San Petersburgo», indicó Serguéi Lavrov, titular de la cartera, en una entrevista televisiva.

Al hacer el anuncio de la propuesta, el titular de la diplomacia rusa cuestionó duramente la sanción y las acusaciones de Washington. «La Administración estadounidense saliente de Barack Obama, que acusa a Rusia de todos los pecados mortales, incluido el fracaso de sus iniciativas de política exterior, como saben, anunció de manera infundada que Rusia se inmiscuyó a nivel estatal en la campaña electoral en los Estados Unidos que terminó con la derrota de la candidata demócrata», dijo.

«No podemos dejar sin respuesta semejantes invectivas. La reciprocidad es la ley de la diplomacia y de las relaciones internacionales», agregó Lavrov. Si bien aún resta que Putin ratifique estas represalias, cuesta imaginar que no lo hará.

Fuente: con información de Telam e Infobae