Luego de casi cuatro horas, durante las cuales el remisero Darío Escobar mantuviera en vilo a cientos de personas por su atrincheramiento y amenaza incendiaria sobre las oficinas de una remisería céntrica, finalmente, alrededor de las 13 la situación llegó a su final.

El agresor llegó a un acuerdo y pacíficamente abandonó el edificio que amenazaba con prender fuego.

La situación, que en un principio tuvo momentos de mucha tensión, se resolvió pacíficamente, gracias a la mediación de Alejandro Bottini, negociador de la Policía, y de Wilfredo Oviedo, uno de los propietarios de la empresa.

El agresor depuso su actitud y se entregó a las autoridades, para luego ser trasladado a la Comisaría Cuarta, según informó la fiscal que entiende en la causa.

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