Un centro comercial de Shanghái ha encontrado la solución para salvar la armonía del matrimonio en la hora de las compras: una cabina para que, el que no consume, pueda relajarse mientras tanto.

En una China presa de la fiebre del consumo, el centro comercial Global Harbor, que cuenta con numerosas tiendas de lujo, acaba de instalar cuatro “cabinas de descanso para los maridos”.

Estos cubículos transparentes están equipados con un sillón de masaje y una pantalla en la que el usuario puede ver su programa favorito o jugar a un videojuego. Cada cabina ha costado 40.000 yuanes.