Sectores renovadores intensificaron los contactos con el ex ministro kirchnerista.Entre las metas pendientes, la de «convencer» a Florencio Randazzo para que de una vez abandone el bajo perfil y empiece a jugar en el tablero de la reorganización peronista está al tope de la lista de quienes pretenden liderar ese proceso.El coqueteo con el ex ministro del Interior de Cristina Kirchner se reavivó en los últimos días, después del homenaje a Antonio Cafiero que ex kirchneristas y massistas compartieron la semana pasada. Desde entonces, varios intendentes del conurbano que integran el grupo Esmeralda hablaron con Randazzo para proponerle una reunión cara a cara.»Quedamos en vernos esta semana, pero no fijamos fecha», dijeron a LA NACION cerca de tres intendentes que en las últimas horas conversaron con Randazzo. La necesidad del peronismo es evidente e imperiosa: superar la acefalía que provocó la derrota de Daniel Scioli y la caída en desgracia judicial de Cristina Kirchner, dejar atrás la orfandad y encolumnarse detrás de un nuevo líder, como siempre hizo el PJ.La apuesta a Randazzo tiene que ver con la buena imagen que el ex ministro y fallido candidato a gobernador bonaerense conserva, pese a su decisión de desaparecer de la coyuntura tras la derrota del año pasado, y contraponer su figura a la de Sergio Massa. El tigrense es su contracara en más de un sentido. Obsesionado por ocupar el centro de la escena y tallar en la agenda pública, lo logra casi siempre. Consciente de que hoy es el peronista que más mide, el jefe del Frente Renovador combina el coqueteo y las críticas a Mauricio Macri con los gestos a los peronistas que lideran la reconstrucción. No por nada, Felipe Solá estuvo en el acto de la semana pasada.»El Flaco es uno de los actores que está faltando, sin duda. Tiene que aparecer», sentenció ante LA NACION un dirigente del PJ entre la convicción y la expresión de deseo.Lejos de esa ansiedad, en el entorno de Randazzo le restan importancia a los últimos movimientos de los peronistas «renovadores».»Los contactos existen y existieron siempre. La estrategia no cambió. Florencio habla con todos y por ahora va a seguir sin aparecer», aseguraron cerca del ex ministro.Randazzo no tiene ningún apuro. Sabe que lo están esperando, pero no piensa acelerar sus movimientos. Decidirá desde dónde jugará en las próximas elecciones recién a fin de año o, incluso, ya iniciado 2017. Mientras tanto, cuida y alimenta sus contactos.Su agenda de los últimos meses combina reuniones, siempre en el máximo sigilo, con políticos, sindicalistas y empresarios. En La Plata o en el centro porteño. También tiene tiempo para manejar el gimnasio platense del que es dueño desde hace años.Con sus interlocutores, muchas veces compañeros de almuerzo o mate, analiza la coyuntura y traza pronósticos. Todos quieren saber qué piensa hacer. Él piensa seguir en silencio.Fuente: La Nación