Lionel Messi no renunciará a la selección argentina, sólo se tomará una pausa. Así lo confirmó ayer LA NACIÓN en una nota en que la habla el círculo íntimo de la Pulga. Pero el que abrió la puerta pública de su «regreso» fue Marcelo ‘Dady’ D’Andrea, su amigo y kinesiólogo del conjunto nacional, quien declaró a micrófono abierto que «Leo va a jugar el Mundial de Rusia 2018»

Dady no es un conocido más de Messi, sino que los une una estrecha relación. Es más: tras la lesión frente a Honduras, él fue quien acompañó a capitán argentino en la gira previa a la Copa América por Rosario y Barcelona. Hasta le cubrió las espaldas mientras ingresaba a los tribunales españoles, en donde Leo debió declarar en la cause por fraude fiscal. Un confidente.

«No tengo dudas de que va a jugar el Mundial. Le tengo mucha fe. Hay que dejarlo tranquilo. Confío en su silencio. El ama la selección. Da todo por su país», sostuvo el integrante del cuerpo técnico de la selección argentina en el programa de radio El Ataque, de FM Pop, del cual es columnista. Además, contó cómo fue el momento posterior a que fallara el penal: «Cuando lo fui a buscar en la cancha no había consuelo, la cara que tenía me desgarraba».

«Fue el golpe más duro que recibió Messi con la selección. No tengo dudas», insistió. «La mirada que tuvieron los padres de Leo y Messi fue de dolor. Fue una mirada distinta a todas las que vi en mi vida. A mí me mató. Le dije: ‘Vamos, ya está’. Me miró y se fue. Esas cosas te las llevás de por vida. Ojalá que esté tranquilo. Ver esa cara de mamá y papá a Leo a mí me rompió el alma», sostuvo.

Pero pese a la amistad que lo une y a lo mucho que lo conoce, ni el propio D’Andrea pudo imaginar que Messi declararía lo que declaró: «Nadie sabía nada de la renuncia de Messi. No dijo nada en el vestuario. Nos enteramos por la entrevista».

Uno de los rumores que surgieron después de la renuncia de Leo fue sobre la relación que mantenía con Gerardo Martino, entrenador de la selección argentina. El Tata asegura que hoy tiene con Messi un diálogo incluso mejor que el que tenía cuando compartían el día a día en Barcelona. Hoy, hasta hablan de cosas que tiempo atrás no se hubiesen imaginado, como su caso con Hacienda y cómo la llegada de los hijos modificó la vida del crack.

Martino siente que aprendió a entender los silencios de Messi -entendió que también habla cuando calla- y las miradas penetrantes cuando algo lo desagrada. Asegura que en la Copa América del Centenario alcanzó el pico de empatía e intimidad con Messi porque lo conoce mejor que nunca. Atravesó algunas barreras que había ayer. Siente que puede atreverse a decirle muchas cosas que otros no se animarían. Que puede hasta gritarle en un entrenamiento, con los riesgos que eso conlleva. ¿Y por qué puede hacerlo? ¿Qué explicación le encuentra a esa confianza? «No lo sé muy bien. tal vez porque somos los de Newell’s o porque tengo la edad de su viejo. No lo sé».

Fuente: La Nación