En el mundo hay 100 millones de suscriptores de música a la carta, mientras que a diario se reproducen unos 1.200 millones de temas online. Spotify es el líder del sector.

Tras dos décadas con las previsiones por el piso, las grandes discográficas mundiales registraron en 2016 los ingresos más elevados de la era digital. Y mientras el streaming se consolida como la principal fuente de ingresos y se vuelve un escudo contra la piratería del MP3, la venta, tanto física como digital, comienza a desfilar por la cornisa. En el mundo hay 100 millones de suscriptores, mientras que a diario se reproducen unos 1.200 millones de temas online.
Las ideas, como los productos de consumo, traen fecha de vencimiento al dorso. Aquella frase de la generación Napster “los jóvenes ya no pagan por música” resulta hoy un anacronismo. Así, 2016 será recordado en el calendario como el año en que el streaming se impuso como el sistema dominante de la industria musical. De acuerdo a un reporte de la consultora MIDiA’s Music Streamer Tracker, a nivel mundial, la suma de todos los servicios de streaming (Apple Music, Spotify, Tidal) dan 100.400.00 de suscriptores.
La rompió. Ed Sheeran lanzó por sorpresa dos canciones de adelanto de su su próximo álbum y fue furor en Spotify.

Al hacer un zoom sobre el total aportado por MIDiA’s, se puede apreciar que 43.9 millones pertenecen a Spotify, 20.9 millones a Apple Music, 6.9 millones corresponden a Deezer, 4.5 millones a Napster y 1 millón a Tidal. Hay 24 millones que se reparten entre partes minoritarias. El beneficio de estos servicios es no depender de la capacidad de almacenamiento del dispositivo para cargar las canciones que uno quiera escuchar, ya que al estar online, el cupo es ilimitado.

Otra forma de reafirmar esta supremacía es que a diario, se reprodujeron unos 1.200 millones de temas online, mientras que en toda la temporada se pagó y descargó un total de 734 millones de canciones, según el Music Industry Report de BuzzAngle Music.
De vuelta. Radiohead volvió a subir en 2016 nuevo material a Spotify, el mismo servicio que el vocalista Thom Yorke alguna vez comparó con “el último gas de un cuerpo moribundo”.

El contrapeso de esta balanza está signado por el marcado declive en el consumo de discos físicos, que reportaron una caída de 16.3% y las ventas de los digitales, cuya merma llegó al 20.1%, según Nielsen Music. A este tren en movimiento se suben también los MP3 legales, cuya demanda se resintió en un 25%.

Pero hay más. Al cruzar la barrera de los 100 millones de usuarios, el streaming de música superó en cantidad, por primera vez, al equivalente de series y películas (Netflix). Según BuzzAngle Music, el audio on demand creció un 82,6% en 2016 en relación al año pasado, con un total superior a los 250.000 millones de streams. Mientras que el consumo de video apenas se movió un 7,5%. El claro ganador de este rubro es Spotify, al igual que Netflix lo es en su ámbito.

A nivel operativo, el streaming fue el escalón que le permitió a la industria subirse al mundo digital y obstruir el drenaje de la piratería. A los precios asequibles (desde $ 70 al mes), la propagación de las redes LTE (4G), han conseguido que cualquier persona pueda acceder a un catálogo de 30 millones de canciones para ser escuchadas desde la computadora, la tableta o su celular.

Otro dato que llama la atención es que cada vez más gente decide costear un abono para Spotify o Apple Music, en lugar de optar por las opciones gratuitas financiadas con publicidad. En el último año, según BuzzAngle Music, más de 76% de las escuchas se hicieron a través de una suscripción mensual, lo que incrementó el consumo en un 62%. Los analistas consideran que el ingreso de Apple Music al sector fue la clave de este florecimiento, ya que los seguidores de este modelo están acostumbrados a pagar por cada canción que reproducen.

El rigor económico de la Asociación de la Industria Discográfica de Estados Unidos (RIAA), sirve para confirmar que los ingresos generados por los servicios de streaming, superan por primera vez en 2016 a las descargas pagas, logrando en los primeros seis meses US$ 1.600 millones de ganancias sólo en los Estados Unidos. Le siguen, en segundo, las descargas pagas, con US$ 1.200 millones. El tercer y cuarto puesto es para las ventas de CDs con US$ 443.9 millones de dólares y discos de vinilos $ 210 millones, que están en alza.
Récord. Prince, según Nielsen, se convirtió en el artista con más taquillero en términos de álbumes, al vender más de 2.2 millones de unidades, tras su muerte en abril del 2016.

Y mientras los ejecutivos de la industria musical no paran de descorchar champán, algunos analistas cuestionan la viabilidad de este modelo que todavía no ofrece ganancias netas. Lo curioso es que Spotify sigue captando clientes, más de 100 millones usan el servicio y 40 millones pagan alrededor de 10 dólares al mes. Sus ingresos en 2015 ascendieron a 2.030 millones de dólares, un 80% más que el año anterior, pero aún así registró pérdidas.

La mayor parte de sus dividendos se diluyen en pagar regalías a sellos discográficos y editoriales. Su costo sobre el ingreso ha oscilado entre 81% y 83% en los últimos tres años, lo que significa que su margen bruto ronda el 17%, muy por debajo de lo que obtiene cualquier compañía tecnológica. Según cálculos de Bloomberg Gadfly, para que Spotify consiga US$ 300 millones en ganancia operativa, necesitará aumentar su base de suscriptores pagos a 60 millones, su margen bruto a 30% y pasar de los US$ 72 en recaudación promedio por usuario a US$ 100.