El evento estaba destinado a mayores de 21 años y era obligatorio asistir con antifaces. Pero personal de la municipalidad de Comodoro Rivadavia interrumpió la juerga.

El domingo a la madrugada, el personal de Fiscalización y Secretaría de Seguridad de Comodoro Rivadavia intervino en una fiesta sexual que se desarrollaba en un salón que no estaba habilitado, y allí descubrió que desde la organización del lugar prometían un total disfrute dentro del «cuarto rojo de Grey» y la presencia del famoso «negro de Whatsapp».

 

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«Noche de placer. Solas. Solos. Copetín, show, tragos y barra libre. La noche esperada, la noche de Grey. Tu noche, no te la podes perder», anunciaban desde las redes sociales para promocionar la fiesta, al mismo tiempo que los encargados especificaban que los invitados debían llevar caretas para entrar al evento realizado en el Circulo de Suboficiales del Ejército (Cirse).
Aunque muchos de los presentes creyeron que la irrupción de los uniformados en el lugar era parte del show que habían prometido, lo cierto es que el operativo fue real y contó con la participación de la Dirección General de Habilitaciones Comerciales de la Subsecretaría de Fiscalización, la Secretaría de Seguridad y el área de Rentas.
La policía vio las publicaciones sobre la fiesta en las redes, y se presentó en el lugar a pocas horas de que comenzara.
Según confirmaron desde el portal El Patagónico, cuando las luces se apagaron y la música se detuvo, los 70 asistentes del salón debieron quitarse sus antifaces y presentar la documentación requerida por la policía.

Por su parte, el subsecretario de Fiszalización, Daniel Campillay, aseguró que «los organizadores nunca informaron al municipio», que es el que debe brindar la autorización para que se pueda llevar cabo cualquier evento, del mismo modo que en el lugar «tampoco contaban con un contrato por el alquiler del salón».
A su vez, el funcionario explicó que se decomisaron «alrededor de 120 litros de bebidas alcohólicas y varios juguetes eróticos», que fueron entregados al Juzgado de Faltas, donde resolverán qué hacer con los elementos.

 

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Por otro lado, Campillay aclaró que la venta de entradas también resultaba una estafa, ya que los boletos, los cuales tenían un valor de $600 para hombres y $500 para mujeres, omitían cualquier dato preciso sobre el evento, como la dirección y la hora.

Finalmente, fuentes policiales indicaron que la asistencia al lugar era de manera secreta, ya que los propios inspectores tuvieron que inscribirse en internet por vía privada para poder ingresar a la fiesta, que estaba destinada a mayores de 21 años.

Del famoso «negro de Whatsapp», uno de los imanes de la convocatoria, no hubo ni rastros, según dijeron en el municipio.