Algunas recomendaciones para guiar a los chicos en el peligroso mundo de las redes sociales.

 

El peligroso juego de la “Ballena Azul” ya tuvo su primera víctima en nuestro país. Un nene sanjuanino de 14 años ingirió una caja de pastillas para el páncreas. El menor se encuentra en Terapia Intensiva donde le hicieron lavaje de estómago y está «ya está fuera de peligro».

La práctica nacida en Rusia se extendió gracias a las redes sociales, un lugar que como ya se ha comprobado en varios aspectos resulta un arma de doble filo. Se trata de un terreno muy propicio para que tanto chicos como adultos asuman identidades falsas y se den casos de bullying, intercambios riesgosos o juegos siniestros, como el de la Ballena azul.

La licenciada en psicopedagogía y directora del equipo Libres de Bullying, María Zysman, explicó que lo primero y principal que hay que hacer cuando se le da acceso a la tecnología es prepararlo para ello: “Como padre tenemos que saber que es una puerta a un mundo gigante y que nosotros los tenemos que acompañar como cuando les enseñás a andar en el colectivo o andar en tren solos. Esa llave poderosa tiene que venir sin dudas. Tienen que saber qué se van a encontrar y que cuando se encuentran con algo que no les gusta puedan recurrir a los papás, porque sino los chicos entran en territorios de secretos, amenazas, de saber que hicieron algo que no debían y no saben a quien recurrir”.

Por ese motivo, es fundamental educarlo en el cuidado de sí mismo y de los demás. “Hay que compartir con ellos qué es lo que nos pasa a nosotros con las redes. Y mostrar que seguimos siendo para ellos un referente aunque no conozcamos la última aplicación del celular”, consignó Zysman.

Otra costumbre que se les debe inculcar es no guardarse las cosas que les pasan para sí mismos, sino que las compartan. “Es importante decirles que nada de lo que les pasa en las redes debe ser secreto, que se lo digan sino es a los papás, con quien sientan más confianza. Que cuando sienten asco y medio eso a ellos les tiene que alertar y que son emociones que para algo sirven. El cara a cara debe seguir estimulándose, menos mundo virtual y más tomar un mate con alguien”, destacó la experta.

Una herramienta de apoyo son los distintos mecanismos de control parental. Aunque en ese caso los padres no se deben relajar a pesar de contar con ese apoyo porque el riesgo siempre existe. “Son fundamentales pero no son suficientes porque tienen acceso desde otros lugares a Internet”, precisó la licenciada en psicopedagogía.

 

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