En la sentencia, el magistrado señala como principal prueba de cargo contra ambos el citado video de 21 segundos que, según remarca, «habla por si solo hasta el punto de que muchas personas puede que no sean capaces, ni siquiera, de verlo dos veces seguidas por la repulsión que produce».

El Juzgado de lo Penal 2 de Almería ha condenado a 15 meses de prisión a D.A.A., el joven que mató a 79 lechones de entre 19 y 27 días que se encontraban «agrupados y apretujados» en un pasillo a la espera de ser trasladados a un módulo de recría en una granja porcina de Huércal-Overa «lanzándose sobre ellos tras tomar impulso como si se tratara de una piscina y llegando a realizar como mínimo tres saltos sobre ellos, que amortiguaban su caída».

Impone la misma pena por un delito de maltrato animal agravado al otro acusado, M.R., quien, «en lugar de impedir la acción y velar por la integridad de los animales», grabó la escena con un teléfono móvil «sin interrumpir la acción en ninguno de los tres saltos que se grabaron y que, posteriormente, se difundieron por las redes sociales». Ambos de enfrentaban a una petición fiscal de dos años y medio de cárcel.

En la sentencia, el magistrado señala como principal prueba de cargo contra ambos el citado video de 21 segundos que, según remarca, «habla por si solo hasta el punto de que muchas personas puede que no sean capaces, ni siquiera, de verlo dos veces seguidas por la repulsión que produce».

El magistrado Fermín Villarrubia hace alusión, asimismo, a la testifical del veterinario, «contundente y convincente» pese a que reconoce «echar en falta una más extensa prueba pericial que hubiera reflejado un informe más completo de los resultados y las conclusiones de las necropsias de campo que practicó a los lechones». «No obstante –matiza– es cierto que ninguna de las defensas trajo otro perito que pudiera contradecirle».