Los británicos eligieron salir del bloque regional en una histórica decisión que tuvo una fuerte repercusión en los mercados económicos. El Primer Ministro británico, David Cameron, principal figura de la campaña por la permanencia en la Unión Europea, tomó la decisión de renunciar luego de la derrota en el referéndum del jueves.

La salida del Reino Unido de la Unión Europea se impuso en el referéndum realizado este jueves, revirtiendo los últimos sondeos que la daban un favoritismo a la permanencia en el bloque regional, lo que causó una fuerte reacción negativa en los mercados e inició una etapa que, auguran expertos, traerá grandes turbulencias políticas y económicas.

El «brexit» logró imponerse sobre los proeuropeos por el 51,9% contra el 48,1%, lo que representa una diferencia de más de un millón de votos. El voto en Inglaterra y Gales impulsó la victoria del «leave», pero tanto Escocia como Irlanda del Norte votaron por la permanencia.

Los resultados causaron un histórico desplome de la libra esterlina, que caía a su valor más bajo en trés décadas. A su vez, las bolsas también reaccionaba negativamente a la noticia.

La decisión significa un duro revés para el primer ministro David Cameron, el partidario más contundente en favor de la permanencia. En su último discurso previo al referéndum, convocado por él mismo, Cameron recordó la importancia de la decisión y la calidad de»irreversible» de la misma.

Nigel Farage, uno de los principales exponentes de la campaña en favor de la salida de la UE, festejó: «El amanecer está llegando para un nuevo Reino Unido Independiente. El 23 de junio será recordado como el Día de la Independencia». Tan solo unas horas antes, había concedido el favoritismo a los partidarios del «remain».

La campaña ajustada desde sus inicios, no ahorró en polémicas entre un lado y otro. Inmigración, economía, soberanía, independencia o interdependencia fueron los puntos de debate. El momento más triste llegó con el asesinato de la diputada laborita Jo Cox, activista prominente en favor de la permanencia del Reino Unido.

Escocia, las grandes ciudades, los pequeños territorios como Gibraltar o las islas convertidas hace décadas en paraísos fiscales dieron una clara tendencia favorable a la permanencia, incluso con dígitos más elevados de lo que se esperaba.

Pero lo mismo sucedía con regiones enteras del centro y el sur de Inglaterra, que arrojaban resultados rotundamente antieuropeístas, y sobre todo, superiores en movilización.

La renuncia de Cameron

El primer ministro británico David Cameron anunció a primera hora del viernes su renuncia al cargo luego del revés que sufrió en el referéndum en el que el Reino Unido votó para retirarse de la Unión Europea.

«La población ha tomado una decisión muy clara de tomar otro camino. Ello requiere una conducción renovada. Haré todo lo que pueda como Primer Ministro en las próximas semanas y meses, pero no es lo adecuado que sea el capitán que dirija este nuevo rumbo», expresó Cameron.

El Primer Ministro indicó que «no había necesidad» de confirmar plazos, pero señaló que el cambio debería haberse realizado antes de la Convención del Partido Conservador en octubre, e indicó que el nuevo mandatario debe ser quien lleve adelante el proceso de ruptura con la UE.

El líder británico también intentó calmar el revuelo mundial causado por los resultados: «Sé que el mundo ha seguido atentamente la jornada. Quiero asegurarles que nuestra economía es muy fuerte. No habrá un cambio inmediato en las circunstancias. No habrá cambios en el tránsito de la gente, en la forma en que se negocia en los mercados».

Además, aseguró que «no puede haber duda sobre el resultado», ya que «la gente votó por la salida, y su voluntad debe ser respetada».

Caída en las bolsas

El voto a favor del Brexit en el Reino Unido hunde este viernes los mercados, en particular los valores bancarios, y provoca una estampida de los inversores hacia valores refugio.

El índice Footsie 100 de Londres cae 5,23%, el Dax 30 de Frankfurt un 6,56%, el CAC 40 de París un 8,05%, el Ibex 35 de Madrid un 10,56% y el FTSE-Mib de Milán un 10,38%.

En Atenas, un país que vive bajo perfusión de un rescate internacional, el hundimiento bursátil llegaba al 15%.

Los bancos son los principales afectados por el desplome general. En Londres, el Royal Bank of Scotland (RBS) perdía 26,05%, el Barclays 25,46% y Lloyds Banking Group 24,05%.

En Madrid, el Banco Santander, primer banco de la zona euro en cuando a capitalización y con el Reino Unido como su principal mercado, se desplomaba 22,59% y BBVA perdía 20,63%.

En Asia, el índice Nikkei de la Bolsa de Tokio cerró con una caída de 7,92% y el Hang Seng de Hong Kong cedió 2,92%.

La libra esterlina cayó por su lado a su mínimo en 31 años frente al dólar. En los primeros intercambios europeos, se negociaba a 1,3229 dólares, con una devaluación de 10% respecto al cierre de la víspera.

El jueves, la moneda británica había escalado por encima de los 1,50 dólares, en un mercado que apostaba por la permanencia del Reino Unido en la UE.

El dólar, por su lado, caía por debajo de los 100 yenes, a 99,02 yenes, por primera vez desde noviembre de 2013, antes de recuperar terreno para situarse en 102 yenes.

El yen es considerado como un valor refugio en momentos de incertidumbres, aunque su fortalecimiento perjudica al sector exportador, vital para la economía del archipiélago.

El oro, valor refugio por excelencia, alcanzó su punto más alto desde 2014, llegando a cotizarse a 1.359,08 dólares la onza.

Las pérdidas se extendían al sector petrolero. Hacia las 04:00 GMT, el barril de West Texas Intermediate para entrega en agosto cedía 3,11 dólares y cotizaba a 47,00 dólares.

A su vez, el barril de Brent del mar del Norte caía 3,14 dólares, a 47,77 dólares.