La suba del mínimo sería de 17% en 2017, el mismo nivel que el proyectado para el alza de precios. Afirma el Gobierno que habrá beneficios piramidales para los que ganen hasta $79.000 mensuales. La visión oficial es que la situación mejora, ya que los sueldos pierden desde 2014 contra la suba de precios.El Gobierno optó por la prudencia fiscal, y sólo repetirá la foto de fines de este año en la mejora del mínimo de Ganancias para los trabajadores en relación de dependencia. El aumento de la base imponible subirá el próximo año un 17%, el mismo nivel inflacionario que el Ministerio de Hacienda pronosticó para el aumento de la inflación en 2017. Si se cumple la estimación, los sueldos de los empleados que estén alcanzados por el impuesto permanecerán igual, y se incrementarán según las negociaciones paritarias. Si la inflación es menor (desde las huestes de Alfonso Prat Gay se considera que puede suceder y que el alza del IPC podría ser de 15%), los salarios mejorarán. Si el aumento de los precios es superior al 17%, los sueldos volverán a perder contra la inflación, tal como ocurrirá este año. En perspectiva, la situación de los salarios puede tomarse como un alivio. Desde la suba del mínimo no imponible de 2013 (20% en enero de ese año y otro tanto en agosto, cuando el Gobierno de Cristina de Kirchenr aplicó una mejora sustancial luego de haber perdido las Paso), los asalariados vienen perdiendo poder adquisitivo comparando el alza de precios y la mejora de Ganancias. Los sueldos perdieron en 2014 y 2015, y fue una promesa electoral conjunta tanto de Mauricio Macri como de Daniel Scioli terminar con el efecto corrosivo del impuesto sobre el ingreso de los trabajadores en relación de dependencia. Sin embargo, en 2016 la mejora fue de 25% en promedio, mientras que la inflación terminará el año (según cifras oficiales) cerca del 37%. Esto implica que de manera lineal los salarios perdieron en promedio 10 puntos porcentuales por la escueta mejora aplicada por el Ejecutivo en Ganancias anunciada en febrero pasado. Teniendo en cuenta que los salarios alcanzados por Ganancias perdieron poder adquisitivo (en mayor o menor nivel) desde 2014 hasta 2016, si se cumplen las proyecciones inflacionarias del Gobierno, en 2017 podría haber un «empate técnico». Las mejoras reales deberían esperar a 2018.ExpectativaLa promesa oficial era que para el próximo año se encontraría una solución definitiva bajo la forma de un proyecto de ley. Sin embargo, las expectativas fiscales oficiales fueron peores que las esperadas, con lo que las soluciones estructurales en Ganancias deberán esperar.El texto final del proyecto de ley que el Gobierno enviará al Congreso nacional terminará de redactarse la próxima semana, y luego del tratamiento del Presupuesto será presentado en sociedad en el Legislativo. El anticipo sobre los lineamientos básicos lo hizo ayer en Diputados el ministro de Hacienda y Finanzas Alfonso Prat Gay, que se defendió de los ataques de los legisladores, especialmente los del Frente Renovador, asegurando que se cumplió este año con «la promesa de modificar el mínimo, que significó una mejora de bolsillo, pero impactó en las arcas del Gobierno y las provincias en $50.000 millones; ese esfuerzo fiscal lo compartimos con las provincias».Luego pasó al anticipo sobre lo que, en el capítulo Ganancias, está trabajando el Ejecutivo. Dijo que la iniciativa del Gobierno buscará «modificar las escalas, pero de manera gradual. No tenemos las herramientas para modificarlo en uno o dos años». Según pudo reconstruir este diario, las escalas se modificarán en un período de no menos de tres años hacia delante, y se estudiará si en el proyecto de ley se incluirán los porcentajes. Lo seguro es que la mejora para 2017 será de un 17% y que, con el nuevo impacto, los trabajadores en relación de dependencia que cobren hasta 79.000 pesos mensuales, en bruto, tendrán mejoras piramidales (de más a menos, según el ingreso). El índice actual se ubica en los 18.880 pesos para los solteros y $25.000 para los casados con dos hijos, con lo que el nuevo piso se ubicaría entre los 21.000 y los 29.000 pesos, respectivamente. Se modificarían también las alícuotas para los trabajadores afectados del 9% al 5% en promedio, comenzando a pagar desde el 2%. El impacto de estas mejoras, según el Gobierno, será de unos 22.000 millones de pesos, y la idea oficial es aplicarlas antes de las negociaciones paritarias; esto es, en el primer trimestre del año próximo. Igualmente Ganancias es un tributo anualizado, con lo que cualquier mejora deberá ser retroactiva a la liquidación de los salarios de enero.Para este año el Gobierno analiza la posibilidad de aplicar una eliminación parcial o gradual en la presión de Ganancias sobre el medio aguinaldo que se debe pagar en diciembre de este año a los trabajadores alcanzados por el impuesto. La decisión dependerá de la evolución de la situación social hacia fin de año y de la marcha de las negociaciones con los principales sindicatos alcanzados con el tributo.LegalidadPese a la desmentida de Mauricio Macri, el Gobierno aún no descartó de plano el avance del mínimo no imponible de Ganancias para los empleados que cobren más de 130.000 pesos mensuales, cuya alícuota pasaría del 35% al 40%. Más allá del colectivo afectado (trabajadores con nivel directivo y gerencial), se dudaba ayer en el Congreso sobre la legalidad de la medida, y la jurisprudencia existente en considerar que más de un 35% de carga impositiva sería inconstitucional. Se recordaba en el Congreso la última polémica sobre el tema, cuando en 2008 el Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner quiso aplicar el régimen de «retenciones móviles» diseñado por Guillermo Moreno, y que elevaba el nivel de presión tributaria sobre los derechos de exportación de la soja hasta un 43% lineal. El propio kirchnerismo reconocía que el 35% era un límite legal, pero la discusión en los tribunales comenzó a ser sobre si los «Derechos de Importación» debían ser o no considerados un impuesto. Durante los primeros dos meses del año se sumaron cientos de juicios de primera instancia, la mayoría de los cuales tuvieron sentencia favorable a la posición de los trabajadores del campo, que consideraban las retenciones como un tributo más del sistema impositivo argentino. El caso no llegó a definirse en los tribunales, ya que antes el país vivió el «voto no positivo» de Julio Cleto Cobos y la cuestión desapareció de los tribunales.Fuente: Ámbito