La demanda sobre quién posee los derechos de autor de unas selfies tomadas por un mono llegó a su fin. En un acuerdo sellado antes de que el caso desembocara en un tribunal federal resolvieron la inédita cuestión jurídica que no tiene antecedentes en el mundo.

Según el acuerdo, el dueño de la cámara fotográfica que usó el mono para la selfie debe donar el 25% de los ingresos futuros de las imágenes a organizaciones de beneficencia dedicadas a proteger a los monos macacos de Indonesia.
Los abogados del grupo y el fotógrafo y dueño de la cámara, David Slater, pidieron al Tribunal de Apelaciones del Noveno Circuito de Estados Unidos con sede en San Francisco que desestime el caso y rechace una decisión de un tribunal inferior acerca de que los animales no pueden poseer derechos de autor. Andrew J. Dhuey, abogado de Slater, declinó comentar sobre cuánto dinero generaron las fotos o sobre si Slater se quedaría con el 75% restante de los futuros ingresos.

El extravagante juicio comenzó cuando la organización Personas por el Trato Ético de los Animales -PETA por sus siglas en inglés- demandó en 2015 al fotógrafo en representación de los monos macacos, buscando un control financiero de las fotografías que Naruto se tomó.

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Los abogados de Slater argumentaron que la compañía de su cliente, Wildlife Personalities Ltd., es dueña de los derechos comerciales de las fotos, incluyendo la ahora famosa selfie de la sonrisa del mono. Las fotos fueron tomadas durante un viaje a la isla Célebes, Indonesia, en 2011, con una cámara de Slater.