Fue creado por un salteño que también tiene una discapacidad. Recibió una distinción en un concurso nacional de juguetes inclusivos en el que participaron diseñadores industriales de varias provincias.

Algunos viajaron desde lejos y otros estudiaron en la UBA. Unos pocos consiguieron producir sus prototipos. Pero todos comparten la pasión por diseñar  y la satisfacción de hacerlo con un fin social. Participaron en la segunda edición del concurso Juguemos Juntos, un certamen de diseño dejuguetes inclusivos organizado por FUNDALC y Juguetes Universales.

José Ignacio López Zapana vino de Salta y él mismo tiene una discapacidad. Con su único brazo, levanta el panel de cartón donde se ve el desarrollo del Ecogol, un metegol para chicos con discapacidad visual que ganó el segundo premio. Consiste en un pasillo con tres puntos que marcan los jugadores. Reconociendo el sonido y escuchando correr la bola, cada participante tiene que tratar de embocarla en un arco. «No logré hacer el prototipo -se lamenta- aunque hablé con profesionales del área y me asistieron mucho. Salta es una provincia donde se fomenta mucho este tipo de diseño», asegura. El juguete está pensado para ser realizado en madera, un material acústico y no contaminante.

Lucía Martínez se graduó en la Universidad de Buenos Aires y se ganó el primer premio con un simpático dinosaurio al que llamó Dudu. Tiene una panza de lycra y una boca para ser alimentado con objetos de distintos tamaños y texturas. «El chico desarrolla el movimiento de pinzas, que después puede aplicar a tomar una cuchara, un lápiz para aprender a escribir u otros utensilios», dice Lucía. Se inscribió por recomendación de una amiga: «Me dijo que además de ser divertido, tiene el plus de diseñar para la inclusión«.

Daniela Bernini llegó de Rafaela para quedarse con el tercer premio. Su proyecto es resultado del trabajo de tesis de tres años con su compañera Carolina Castaña. Ya consiguió alguien que produzca su diseño, que consiste en un juego de encastres con varios niveles de dificultad para chicos con discapacidad visual. Tiene piezas plásticas coloridas. «Que ya salga al mercado me pone muy contenta, más allá de lo que después pase comercialmente» explica.

Los premiados, con sus diplomas.

Nahuel González trajo un juguete que incluye una aplicación de celular y un tablero con piezas que representan animales, objetos e instrumentos musicales. El jugador con discapacidad visual escucha un sonido en el celular y lo reconoce al tacto en el tablero que incluye leyendas con Braille. «Lo probamos con algunas vecinitas, simplificamos las siluetas para el mejor reconocimiento», aclara. Se llama Toquete y lo desarrolló con Virginia Pérez.

Uno de los jurados, Marcos Sanguinetti , docente de la UBA sostiene que la colaboración entre distintas disciplinas es lo más importante: «Un diseñador solo no puede trabajar, un especialista en salud no puede desarrollar un objeto. La unión de ambos saberes es muy beneficiosa».