La abuela del corazón del joven Lucas Bebans, Cuqui Rey, habló con Palabras Cruzadas, y contó los dramáticos momentos que le tocaron vivir junto al adolescente, en los días previos a su muerte. Contundente, la mujer que crió a la madre de Lucas y también lo acompañó a él durante su niñez, opinó: «Para mi murió por abandono, por ser un niño pobre. A la gente poriahú le tratan mal en los hospitales. Lamentablemente es así, cuanto tenés, cuanto valés. Esto pasa con toda la gente humilde».

«No iba a hablar, por miedo a las represalias. Somos una familia de clase media, tengo muchos hijos, somos doce hermanos, y necesitamos del hospital. Tenía miedo, pero se trata de la muerte de Lucas, y decidí contar lo que pasó», manifestó conmocionada la mujer al aire de Capital 95.3.

«Yo crié a la mamá de Lucas, y también a él. Ahora, ella y tres de sus hijas viven en mi casa. Es mi hija, ellos son mi familia», aclaró de entrada.

«Esto comenzó el viernes a la noche cuando Lucas salió del colegio, alrededor de la medianoche. Una barra de chicos lo golpeó», contó Cuqui.

«A él lo llevaron a las 10 de la mañana del sábado al hospital, que queda a unas 40 cuadras. Lo llevó un vecino en auto, a él y la novia. El papá, que tenía que hacer un trabajo esa mañana, lo siguió en bici hasta el hospital, y cuando llegó, a Lucas ya lo habían atendido», relató la mujer.

«Tras atenderlo, los médicos le dieron dos pastillas para que tome y una para que compre, que costaba alrededor de $400. Los padres son de bajos recursos, no contaban con ese dinero, así que no llegaron a comprarlo. Si tomó el antibiótico y el calmante que le dieron en el hospital».

«Lo que yo no entiendo es por qué en ese momento no intervino la policía, ya que Lucas entró muy lastimado al hospital, y ahí siempre hay un oficial de guardia. Además, cuando lo atendieron, la novia les explicó a los médicos que lo habían golpeado».

«No entiendo cómo no le hicieron una radiografía, o lo dejaron en observación. Estaba muy golpeado él», expresó.

«El lunes recién nos avisan a la mamá y a mi que Lucas estaba lastimado, y la ella fue enseguida a ver que le pasaba al hijo, y al enterarse de lo ocurrido, lo llevamos a la policía. Ahí él declaró y alcanzó a nombrar a tres de los agresores, y después ya se quedó callado y no alcanzó a responder más. Después de eso se levantó y se empezó a rascar por todos lados, y cuando lo vi le dije, ‘estas lleno de sarna’, y él me respondió ya medio entrecortado, ‘no mami, es la pastilla’. Eso fue lo último que llegó a decir antes de descompensarse del todo».

«Lo llevamos de nuevo al hospital le dieron otra receta para que siga tomando la misma pastilla, y que vuelva al día siguiente. Dos horas después, cuando vimos como estaba, volvimos al hospital con la policía. Pedimos que lo atiendan, que lo vean, que él estaba mal. Entonces lo dejan internado, primero en una sala general, y después en terapia. Le hicieron una tomografía, y si bien yo pedía que lo trasladen a Corrientes, el médico me decía que Lucas no tenía traumatismo en la cabeza, que si él no tenía sangre en el cerebro, no lo podía mandar a Corrientes porque lo iban a devolver».

«Sin embargo, pasada la noche, la doctora que estaba a cargo decide firmar el traslado, porque no le gustaba el estado en que estaba Lucas. La orden de traslado la teníamos ya a las 8 de la mañana, pero pasaron 3 horas hasta que lo concretamos, porque había que esperar a la asistente social, no había enfermera (aparentemente hay una sola en todo el hospital), no había oxígeno, daban vueltas. Salimos para Corrientes finalmente porque yo me puse a gritar y a hacer lío, porque me di cuenta que Lucas se moría».

«Después de todo lo que pasó, lo único que espero es que se haga justicia», finalizó Cuqui Rey.

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